El baloncesto femenino en el Programa Supérate unió a dos departamentos del país
Prensa Supérate Intercolegiados
Muchos pensarían que Dayana Camila Fuentes Medina no tiene las condiciones para ser jugadora de baloncesto. No es muy alta y además delgada. La opinión de los incrédulos cambia cuando ella entra al maderamen. Coge la pelota y se transforma. Pelea cada punto como si fuera el último; defiende, ataca y se entrega por completo.
Es veloz, ágil y escurridiza, tal vez esas son sus principales virtudes. Es difícil alcanzarla y mucho más bloquearla. En la final del baloncesto femenino (categoría A), Dayana reapareció y no defraudó, convirtiéndose en una jugadora clave para que Meta conquistara la medalla de oro.
Dayana nació en Piedecuesta, Santander, pero en esta final defendió los colores de Meta. La explicación es sencilla. Durante los campeonatos departamentales del Programa Supérate Intercolegiados, su equipo fue derrotado por el quinteto metense. En ese momento, ella estaba convencida de que su camino en las justas había terminado. No obstante, el deporte le dio una grata sorpresa.
Fuentes Medina se convirtió en el refuerzo que necesitaba el Meta. El director técnico Daniel Escobar vio las cualidades de la joven y habló con su entrenador, Johan Saíz, para llegar a un acuerdo. "Me sentí muy bien. Mis compañeras son muy buenas personas, buena gente, buena onda y el profesor también. Todos son muy amables", aseguró Dayana.
Meta venció a Sucre con un marcador de 37-28 y Dayana fue protagonista de principio a fin. "Nos confiamos mucho, bajamos un poquito el ánimo y casi nos alcanzan, pero gracias a Dios ganamos", reconoció la basquetbolista de 14 años.
Finalizado el encuentro, Dayana celebró la consecución de la medalla dorada. Saltó, gritó y se fundió en un abrazo con sus compañeras de escuadra, exhibiendo la amistad y la hermandad entre departamentos. "Es muy grande el orgullo que siento. Quería llevar a Santander a lo más alto, pero me siento feliz porque rendí individualmente, lo hice bien, les aporté a las niñas y al equipo", resaltó.
La pequeña celebró el título conseguido en la capital colombiana. Cuando regrese a su casa, volverá al estudio para obtener buenas calificaciones y perseguir su sueño: ser incluida en la nómina de la Selección Colombia y jugar en la WNBA (Asociación Nacional de Baloncesto Femenina de Estados Unidos).
Despedirse del que considera su segundo equipo no será fácil, sin embargo sabe que sólo será un hasta luego. "Va a ser muy duro porque les cogí cariño a mis compañeras en el poco tiempo que compartimos. Yo sé que nos vamos a volver a ver", asegura convencida.