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Tener el talento, las capacidades y el biotipo no son suficientes a la hora de convertirse en deportista de alto rendimiento. Muchas son las historia de procesos malogrados por malas decisiones, por no tener claridad de objetivos, incluso por no aprovechar las capacidades o estar en el deporte equivocado teniendo características para triunfar en otro. Hoy, los metodólogos son quienes tienen la última palabra para guiar a esos talentos y enfocarlos para escalar los podios.
Andrés Marin fue triatleta, es entrenador y uno de los metodólogos que está con la delegación nacional en los Juegos Sudamericanos Escolares de Cochabamba 2017: "Algo que tenemos desde el área técnica y metodológica es que muchos hemos sido deportistas de alto rendimiento y hemos visto el deporte desde adentro. Fue muy diferente lo que nos tocó vivir con la que viven los niños ahora".
Y parte del trabajo es transmitirles eso: "La posibilidad que tienen y que no tuvimos nosotros, entonces ellos empiezan a evaluar las posibilidades que tienen para llegar a unos Juegos Olímpicos, que son más fáciles que las que vivimos nosotros en nuestro momento. Y desde el conocimiento integral de cada uno de los deportes los asesoramos; ellos se convierten en alumnos interesados en cómo será su camino para llegar a los altos logros".
Parece sencillo, sin embargo todo obedece a un proceso de cualificación que ha alcanzado el deporte colombiano, que lo ha convertido en potencia regional, y a unas políticas que durante este Gobierno no han ahorrado esfuerzos para ofrecer a los deportistas las herramientas necesarias para desarrollar su trabajo. De ahí los resultados en los Olímpicos de Río, en el Mundial de Para atletismo de Londres, el de Atletismo de Kenia, en mundiales de pesas, judo, patinaje y los recientes Bolivarianos de Santa Marta, entre otros.
Algunos pueden pensar que hoy hay más deportistas con capacidades, pero el metodólogo es claro en explicar que existe el mismo talento; sin embargo los procesos, políticas y el apoyo son los que se han afinado: "De pronto antes existía el mismo talento pero se competía y hasta allí se llegaba porque no había una detección de los niños y jóvenes que van a hacer el recambio deportivo para el país"
"Gracias a lo que está haciendo Coldeportes en este proceso pedagógico -añade Marín-, se ha facilitado la llegada de atletas que en otro momento no llegaban; uno de estos procesos fue descentralizar la Final Nacional de Supérate Intercolegiados, lo que nos permitió evaluar a los deportistas en un contexto deportivo diferente a la altura de Bogotá y poder determinar sus condiciones. Otro aspecto es que a nivel nacional hay centros de desarrollo deportivo, tanto regionales como de Coldeportes, que es un programa nuevo, y eso ha hecho que el seguimiento técnico sea más específico".
En ese proceso de detección y seguimiento de talentos, el metodólogo menciona el caso de Darwin Meneses, de lanzamiento de bala, con 13 años, estatura de 1,87, un peso de 120 kilos y solo seis meses de haber sido descubierto, "que nunca había ido a un gimnasio y tiene una fuerza y una potencia innatas para el lanzamiento de la bala. Aunque su resultado fue bueno, puede mejorar muchísimo si se le empieza a trabajar de forma integral".
Al final del día, como apunta Andres Marín, la satisfacción es ver al deportista convertido no sólo en campeón sino en un ser humano con claridad para afrontar todos los momentos de su vida y superar los obstáculos que se le presenten.