Prensa Mindeporte
Bogotá, 19 de diciembre de 2024. En el corazón de Bogotá, donde las montañas parecen abrazar el cielo, Francisco Segundo Pantoja Zapa, se prepara para hacer historia. Su voz firme y su mirada decidida reflejan los años de sacrificio y esfuerzo que lo han llevado hasta aquí. Representa a la Liga de boxeo de Córdoba y compite en la división de los 54 kilogramos en los Juegos Intercolegiados Nacionales, un escenario que reúne a los mejores talentos del país.
"Mi nombre es Francisco Segundo Pantoja Zapa", dice con orgullo. Desde hace seis años, el boxeo ha sido su vida. No solo ha sido un deporte, sino una disciplina que ha moldeado su carácter. Su preparación para este torneo fue intensa, tres meses de entrenamientos rigurosos, dietas estrictas y una mentalidad enfocada en la victoria.
Francisco no es un extraño a los laureles. Ha sido campeón nacional en dos ocasiones consecutivas: en Santa Marta en 2021 y en Cali en 2022. Su talento lo llevó a un campeonato continental donde, aunque no obtuvo el oro, se llevó una valiosa experiencia y un aprendizaje que lo impulsó aún más. Pero esta es su primera vez en los Juegos Intercolegiados, y con ello llega una mezcla de emoción y desafío.
"El clima de Bogotá es diferente al de Córdoba, pero eso no me detiene", asegura con una sonrisa. Para él, la mentalidad es clave. "Siempre pienso en la victoria, en el sacrificio que hice para estar aquí. En el ring soy agresivo, siempre voy hacia adelante, no dejo respirar a mi oponente", explica, describiendo con pasión su estilo de pelea.
El sacrificio del que habla es tangible. Cada comida, cada entrenamiento y cada hora de sueño están calculados. "El corte de peso es duro. Hay que controlar el desayuno, el almuerzo y la cena, y nos pesan constantemente para asegurarnos de que estamos en el peso correcto. Entrenamos forrados de pies a cabeza, sudando cada gramo necesario para dar lo mejor de nosotros".
Sin embargo, todo vale la pena cuando sube al ring. "Siento una adrenalina muy fuerte, pero también orgullo porque estoy cumpliendo mi sueño. Esto es lo que más me gusta hacer", confiesa con una emoción que ilumina su rostro.
Francisco ve estos Juegos como una plataforma para grandes cosas. "Me siento orgulloso de representar a Córdoba aquí en Bogotá. Siempre pienso en ganar, nunca en perder. Cuando estoy en el ring, recuerdo lo duro que entrené para estar aquí".
Con el corazón latiendo al ritmo de cada golpe, Francisco se proyecta más allá de los Juegos Intercolegiados. Su sueño no termina aquí. Quiere seguir escalando, luchando y demostrando que el sacrificio siempre tiene su recompensa. En su mente y en su alma lleva la esperanza de una medalla de oro, no solo por el metal, sino por lo que representa: el triunfo del esfuerzo, la pasión y el amor por el boxeo.