Prensa Supérate Intercolegiados
Sacrificio y mucho esfuerzo tuvo que hacer Angie Vanessa López, taekwondista que representa al Colegio Andrés Bello de la región Pacífico (Cauca). Este miércoles, venció a la deportista de Centro Oriente (Norte de Santander) y se quedó con la medalla de oro en la Final Nacional del Programa Supérate Intercolegiados. Llevo mucho tiempo luchando para ganarme la beca y el viaje al centroamericano, fue un proceso duro, de entrenar dos y hasta tres veces al dia, comentó.
Angie empezó a entrenar desde hace seis años porque en su barrio, en Popayán, daban clases de Taekwondo gratis. Luego, los entrenadores al ver su talento, a los pocos meses la enviaron a la liga a entrenar para tener más competencia.
Participa en Supérate desde 2013, año en el que no le fue bien, sin embargo, en 2014 obtuvo la medalla de oro con 16 años en noveno grado. Aún le quedaba un año para hacer parte de Supérate pero era difícil luchar por la beca porque no tenía la edad y apenas entraba a décimo, sin embargo su entrenador se las ingenio para que ella tuviera la oportunidad. "Un dia mi entrenador me dijo tenemos que mandar una carta a la Secretaría de Educación argumentando que me iban a cambiar de colegio y me iban a nivelar con las de once, colocaron mis logros deportivos y ellos autorizaron. Mi entrenador hizo la reunión con mis padres, mi papa accedió, a mi mamá no le gustó mucho porque no quería que yo me cambiara pero al final aceptó.
Ese inició no fue fácil para Angie, lloró mucho y sufrió bastante, "después de que autorizó la Secretaría de Educación al otro día empecé en once. Fue muy duro, no entendía nada. Pedía cuadernos prestados, iba a la casa de mis compañeras a que me explicaran, hablaba con los profesores para que me dieran dos días más para presentar los exámenes", dijo Angie.
Su día a día se convirtió en una tarea contrarreloj en la que no podía descuidar el estudio, pero tampoco su deporte por el que estaba luchando tanto. "Mi rutina es estudiar de 8 a 11, entrenar de 11 a 11, hacer tareas y estudiar en la tarde y de 6 a 8 volver a entrenar y así todos los dias, los domingos estudiando hasta muy tarde, el tiempo libre es muy poco".
Su padre al principio era reacio a que Angie Vanessa practicara Taekwondo, la regañaba porque llegaba tarde de ir a entrenar, su madre, en cambio siempre estuvo ahí. "Cuando clasifiqué a Juegos Panamericanos mi padre se puso feliz porque dijo que era mi despegue, pero surgió un problema, me tocaba pagarme el viaje, eran cinco millones, y no los pudimos conseguir, por lo que no pude viajar, eso dejó a mi padre muy decepcionado", dijo con tristeza.
Esta caucana tiene varios campeonatos nacionales y en pocos días representará a su departamento en Juegos Nacionales pero su gran meta es asistir a unos Juegos Olímpicos. "El proceso es largo, primero hay que hacer el ciclo completo, Bolivarianos, Centroamericanos, hasta llegar a los Juegos Olímpicos. Desde que empecé en esto le dije a mi mamá que le iba a dar una casa, todos los días me levanto con eso en la cabeza, pero esa casa tiene que salir de una medalla en los Juegos Olímpicos".
Su espejo es Jade Johns, la medallista olímpica dominicana, quiere llegar a ser como ella y ojalá, algún día conocerla. "Ella empezó muy joven, a los 21 años fue a sus primeros Olímpicos y se ganó la medalla de oro, se nota que ha hecho muchos sacrificos".
Ahora que ganó el crédito condonable, por lo que tanto luchó, quiere estudiar psicología para ayudarle a los niños que han sufrido de maltrato o han sido abusados. "Me gusta esta carrera porque con mis papás tuve muchas discusiones en muchas ocasiones debudo a que a veces no me apoyaban. Tuve ayuda de los psicologos de Indeportes Cauca a quienes les agradezco porque siempre me dijeron que era una campeona, que no me diera por vencida y eso ayudó mucho a mejorar la convivencia también".
Ahora en Supérate participó en la categoría de menos de 52 kilógramos en donde derrotó a sus similares de la Región Centro Oriente (Boyacá, Santander y en la Final a Norte de Santander). Gritó, saltó y llorando llamó a su padre, "no me salían las palabras, lo único que le dije fue gané y ahí y me quedé callada porque las lagrimas no me dejaban hablar, él también se puso a llorar y me respondió: ‘gracias hija, me siento muy orgulloso de ti’.