Prensa Mindeporte
Desde Puerto López, Meta, hasta el Centro de Alto Rendimiento en Bogotá, Matías Garcés Moreno, de tan solo 13 años, ha demostrado que los sueños no tienen límites.
Este joven estudiante de sexto grado, y el menor de 6 hermanos, ha conquistado tres medallas de bronce en la final nacional de los Juegos Intercolegiados, representando al departamento del Meta. Su amor por el levantamiento de pesas comenzó en su municipio, gracias a un amigo del pueblo, que una tarde lo llevó al lugar en el que los niños jugaban y entrenaban diferentes disciplinas.
Allí conoció al profesor Martín Orlando Vanegas, un deportista desplazado por la violencia en Bogotá que vio en Puerto López su nuevo hogar y un lugar en el que podía emprender lo que más le apasionaba, entrenar a niños y niñas, para alejarlos de las situaciones de violencia y consumo.
El "Profe Orlando", como le dice Matías a su entrenador, vio en él las condiciones de un futuro campeón del país y del departamento. Con disciplina, orientación, persistencia, fuerza y pasión, llevó a Matías a convertirse en un ejemplo para su comunidad.
Poco a poco, fue conociendo más sobre este deporte y aumentando su interés en las pesas, descubriendo que, en su mente, sus manos y en su cuerpo estaban esas herramientas para triunfar y conocer el mundo.
Sus padres y hermanos, que siempre le han brindado su apoyo incondicional, le han inculcado en que, a través de la disciplina, el amor al deporte y la concentración, se logra alcanzar cualquier meta que se proponga. Aunque su mamá al principio no estaba muy convencida de que su hijo menor practicara este deporte, hoy es una de sus más fieles seguidoras en cada uno de los concursos en los que ha participado.
Matías manifiesta que tiene una debilidad por la comida rápida, pero su pasión por este deporte lo ha llevado a cambiar las hamburguesas de carne, por las de lentejas, los refrescos por jugos naturales, "cero paqueticos, cero azúcares y cero grasas".
Sus ojos pícaros hablan por sí solos, y la sonrisa ilumina su cara al expresar, abiertamente, que tiene un "pequeño problema con la concentración", situación que ha aprendido a manejar gracias a los consejos de su entrenador, quien lo orienta para canalizar esa energía hacia la fuerza que tiene en sus brazos y en sus piernas.
Matías ya ha iniciado este largo camino al podio. En los Juegos Departamentales, realizados en la ciudad de Manizales, se colgó 2 de plata y 4 medallas de oro en su categoría. En Bogotá, ha conquistado 3 bronces en los Juegos Intercolegiados, y espera terminar el año con otros certámenes que están por definir.
En los últimos 7 meses, que lleva entrenando, ha podido constatar que la constancia y la disciplina lo pueden llevar a convertirse o superar, como lo manifiesta con una gran sonrisa, a dos de los deportistas que más admira: Oscar Figueroa, medalla de oro en Río 2016 y Jeison López, medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Su acento costeño, combinados con su sonrisa infantil, sus ojos negros y pícaros, su hablar desparpajado y un cuerpo de campeón, son un verdadero orgullo para su región, demostrando que, con una orientación adecuada, trabajo, esfuerzo, concentración, disciplina y amor por el deporte, todo es posible.