Prensa Juegos Intercolegiados
La capitana de la Institución Educativa Carlos Alfonso Urueta, de Ayapel, en el municipio de Córdoba, es la guía de su equipo en la final nacional de los Juegos Intercolegiados.
??¡Vamos, no bajen los brazos! ¡Cubran los espacios! ¡Revienta sin miedo!??. Cuando aparece la voz de Mariana Coronado dentro de la cancha, todas la escuchan. Es la líder, la capitana, la que pone la cara en la adversidad, la que levanta el ánimo en la derrota, la que toma la palabra si las cosas no se están haciendo bien. La figura que inspira y que, a su vez, contrasta con la de la niña tímida y de pocas palabras en la que se transforma cuando termina el partido.
Y es que su vida ha ido tomando forma con un balón en sus pies, desde que tiene memoria es el útil que la ha acompañado en sus momentos de éxtasis. El gusto se lo heredó a sus padres, Daimer Coronado y Ana Milena Rivera. El primero, un lateral correlón y fuerte de fútbol once; la segunda, una armadora con inteligencia y de buen pie, de fútbol de salón. De ambos también sacó sus cualidades, porque es una mujer que sabe pararse en la cancha, con disparos potentes, de calidad y una excelente lectura de los partidos.
Estas condiciones se fueron desarrollando desde los seis años, cuando su hermano, Ángel, le enseñó, en la casa, los fundamentos básicos de pegarle a una pelota, desde entonces no ha dejado de hacerlo y, aunque, algunos vidrios y porcelanas terminaron resquebrajados, como víctimas, sus habilidades crecieron de tal manera que, a los nueve ya era una de las grandes jugadoras a seguir en la Institución Educativa Carlos Alfonso Urueta.
??Desde un principio demostró que era diferente, que tenía buen pie y sabía lo que quería. No hubo la necesidad de enseñarle mucho en la parte táctica porque los fundamentos los traía consigo y los logró demostrar tanto en el fútbol once como en el de salón??, resalta José Suárez, quien es el entrenador del colegio, que representa al departamento de Córdoba en la Final Nacional de los Juegos Intercolegiados.
Así fue creciendo y formando un carácter férreo dentro del terreno de juego, que la llevó a ponerse la banda de capitana, con tan solo 12 años. Desde entonces, su voz ya ordenaba y era escuchada. ??Mi idea es que el equipo siempre esté organizado, que la estrategia que nos planteó el entrenador se vea reflejada y que ninguna se salga del papel??, dice Mariana Coronado, con la misma seguridad con la que se para dentro del terreno de juego.
Pero no es solo voz, en su posición, que se establece en la zona defensiva cumple varias funciones: es quien toma las riendas de la ofensiva, el cerebro y, cuando atacan a su equipo, es el pilar que detiene cualquier intento de avance. Estos son sus últimos Intercolegiados, un paso lleno de alegrías, tristezas, pero, sobre todo, de enseñanzas. En 2019, cuando su equipo terminó cuarto, entendió que los procesos son de dedicación y perseverancia.
Cuando su voz aparece, todas hacen silencio y la escuchan y, lo más importante, cuando su corazón habla lo sigue sin vacilar. Así ha logrado cada meta propuesta; así se ha convertido en un ejemplo a seguir por muchas de sus compañeras y así se proyecta, con la idea de probarse el próximo año en Atlético Nacional o en algún equipo que le abra las puertas para dar el paso definitivo y cumplir el sueño de ser profesional.