Figura del Regional Caribe
Prensa Supérate
Rosa Angelica Osorio Figueroa, de 14 años, estudia en la I. E. San Marcos, de Sucre y ya ha participado en tres finales nacionales de Supérate. Hace tres años inició el proceso en la escuela de formación deportiva en baloncesto y desde el primer entrenamiento demostró su talento para encestar el balón.
La jovencita de 14 años quería llegar a Santa Marta para demostrar los resultados del fuerte entrenamiento al que le dedicó mucho tiempo, antes de llegar al regional tenía una meta propuesta que era ganar.
La estudiante de la Institución Educativa San Marcos, del municipio del mismo nombre, siente una gran felicidad pues se ha preparado muy fuerte desde el año pasado para poder lograr la clasificación de hoy.
Su mayor cualidad es la perseverancia, pues a su corta edad ha ignorado las dificultades económicas de su familia, ya que las ganas de superarse son más fuertes que cualquier obstáculo.
Ella prepara y vende 200 perros calientes el fin de semana a mil pesos para pagar sus estudios alternos, ya que los fines de semana hace dos técnicos, uno en contaduría y otro en atención a la primera infancia.
Ama a sus padres, William Osorio y Dianeys Figueroa. Él trabaja como moto taxista y ella en agencias de chances; ambos hacen su mayor esfuerzo para que a su hija no le falte nada.
"A Rosa la disciplina le alcanza para ser la mejor estudiante de su salón y uno de los mejores promedios del colegio, también para ser campeona departamental y zonal de baloncesto y estoy seguro de que le alcanzará para ser campeona nacional de Supérate Intercolegiados", apunta Jairo Arturo Percy, entrenador de Rosa.
Rosa agradece a Coldeportes por ayudar a cumplir los sueños de los deportistas de Colombia e invita a todos los niños, niñas y adolescentes del país a que aprovechen su tiempo libre y practiquen la disciplina que más les guste. "Estoy segura de que no se van a arrepentir", apunta la joven deportista.
Su equipo se va invicto del encuentro escolar; ganaron los tres partidos contra Guajira, Bolívar y Magdalena. Rosa reconoce la preparación de sus rivales y se despide de Santa Marta con lágrimas de felicidad.