Prensa Supérate
El equipo femenino de fútbol de Norte de Santander entrena desde el 2012 tres veces a la semana incluido el sábado, son niñas que aunque han tenido que pasar por muchas circunstancias adversas vieron en el deporte una buena alternativa para salir adelante.
En entrevista para Supérate Intercolegiados nos contaron su experiencia y lo que tuvieron que pasar para llegar a Bucaramanga sede de la fase Regional del Programa en su versión 2015.
Varias de estas niñas viven al otro lado de la frontera con Venezuela y estudian en el Municipio de Villa del Rosario en Norte de Santander, una población con 27 grados centígrados y pocos habitantes, una tierra próspera y el paso obligado para pasar al vecino país venezolano. Sin embargo, y luego de la situación política vivida entre Colombia y Venezuela, las cosas cambiaron, puesto que pasar desde Venezuela a Colombia y viceversa se ha convertido en un verdadero sufrimiento para sus pobladores.
Este es el caso de las niñas de del equipo de futbol de la Institución Educativa la Frontera quienes para poder viajar a la capital de Santander tuvieron que pasar el Rio Tachira y atravesar una trocha bastante peligrosa evitando – como dicen ellas- que los guardias venezolanos se dieran cuenta. Laura Vargas, integrante del equipo, dice que vivieron un momento bastante tensionante y que pensaron que no iban a lograrlo puesto que el camino es bastante complicado, pero además tuvieron que hacerlo después de las 6:30 p.m para camuflarse de quienes cuidaban el lugar.
Luego de atravesar el rio y llegar a Colombia tuvieron que quedase donde unas amigas, pero seguras de que valía la pena y con todo el apoyo de sus papás siguieron adelante. Aún no comprenden muy bien la situación, pero lo que sí saben es que son unas chicas muy valientes y que lograron llegar a la regional que se vive en Bucaramanga. Piensan que el futbol despierta su pasión y cada día juegan con amor, disciplina y compromiso.
En las competencias no les fue muy bien, pero eso no es impedimento para seguir entrenando fuertemente, sus caras de felicidad son un verdadero ejemplo. No sienten tristeza, puesto que dicen ellas, solo perdieron un partido, pero ganaron una gran experiencia que jamás olvidarán.